Las autoridades policiales anunciaron el miércoles que “afectaron significativamente” la actividad de pandillas en el valle de Las Vegas con los arrestos y denuncias de 29 pandilleros luego de una investigación de un mes de duración.
“No se equivoquen, continuaremos trabajando junto con nuestras agencias asociadas para eliminar las pandillas del Valle de Las Vegas”, afirmó el capitán del Departamento de Policía Metropolitana, John Leon, en una conferencia de prensa.
Los funcionarios vincularon a los 29 miembros de la transnacional 18th Street Gang con delitos de asesinato, intento de asesinato, robos, asaltos con armas mortales, secuestros y venta ilegal de drogas. Fueron responsables de al menos 50 “eventos en todo el valle” durante un período de 18 meses y al menos 55 delitos graves, detalló Leon, quien supervisa la oficina de pandillas/corrupción de la Policía Metropolitana.
El esfuerzo conjunto entre las agencias policiales locales, estatales y federales para abordar la pandilla comenzó en marzo, reportó. La operación apuntó a líderes y “asociados clave” de la organización en un esfuerzo por desmantelar su estructura y red de comercio de drogas, “permitiendo que el impacto de la investigación resuene durante varios años”, añadió.
Las autoridades recibieron información importante de la prisión estatal de High Desert, a unas 40 millas al noroeste de Las Vegas, donde la 18th Street Gang estaba “fuertemente involucrada” en actividades ilegales.
“Muchas veces en las cárceles, las pandillas callejeras forman lealtades y serán más elocuentes acerca de sus asociaciones en ese entorno”, explicó la teniente de pandillas de la policía, Reggie Rader. “Eso nos permitió obtener algunas piezas clave sobre la forma en que operaban en las prisiones y el efecto de goteo que a veces tiene en nuestro valle con nuestras pandillas callejeras locales”.
Un cartel con las caras de los miembros de la pandilla se mostraba a la derecha del atril. Tienen edades comprendidas entre 19 y mediados de los 40 años, comentó Rader. Cada persona estaba dividida en diferentes “camarillas” o subsecciones que caían bajo el paraguas de la pandilla 18th, declaró.
La operación marcó un “efecto bastante significativo” en las actividades de crimen organizado del valle, que han abarcado todos los rincones del valle, dijo Rader.
La investigación no ha terminado, la policía aún está reuniendo pruebas que creen que podrían llevar a más cargos.
Al atacar la estructura de la pandilla, en lugar de atacar solo a unos pocos líderes, las autoridades pueden evitar que otros miembros llenen el vacío y agregó que ese enfoque pone en alerta a otros grupos y miembros.
“Podría hacerles pensar dos veces antes de que quieran cometer esos delitos”, destacó.
La policía está investigando otras pandillas, pero Rader se negó a entrar en detalles.
Cerca de dos tercios de los casos estaban siendo procesados en el sistema judicial del estado, y el resto estaba en el sistema federal, aseveró el fiscal de distrito, Steve Wolfson, en la conferencia de prensa.
Wolfson le dio crédito al trabajo de las agencias y, en particular, a la unidad de pandillas de su oficina, dirigida por la Procuradora General Adjunta de Distrito, Danielle Pieper, un “mini grupo de trabajo” que se enfoca en la violencia de pandillas en la comunidad.
“Hoy somos una comunidad más segura debido a los esfuerzos de esta investigación”, anunció Wolfson.
La oficina del fiscal del distrito proporcionó dos de las acusaciones al Las Vegas Review-Journal. Una de ellas fue para Henry A. Ríos, quien enfrenta cargos de asesinato y conspiración para cometer un asesinato el 23 de mayo de 2017, en la matanza de Adán Gavilanes, de 23 años. Ríos está a la espera de un juicio en marzo, según los registros judiciales.
Todos menos uno de los 29 (Jessica Leavitt) han sido arrestados, comunicó más tarde Rader. Los registros judiciales muestran que una mujer con ese nombre tiene una orden de arresto que la acusa de haber ocultado a un prisionero criminal escapado, ayudando a la fuga de un prisionero y conspirando para cometer un delito que no se designó grave.
Los registros muestran que Jeffrey Pimental, uno de los arrestados, figura como coacusado en su caso. Se escapó de una prisión de Nevada de mínima seguridad en enero y enfrenta cargos adicionales relacionados con el escape.
La segunda acusación nombra a Anthony Adam Hickman y Daniel Atzin Zavala como sospechosos en un caso el 20 de enero. Los registros judiciales muestran que Hickman se declaró culpable de intento de agresión con daños corporales sustanciales, y Zavala se declaró culpable de conspiración para cometer agresión. Fueron sentenciados durante el verano a cumplir una condena en el Centro de Detención del Condado de Clark.
Los documentos de sentencia y los registros de la cárcel sugieren que ya no están bajo custodia por esos cargos, aunque Zavala está detenido por un cargo de drogas por separado.
Otras agencias que colaboraron con la investigación incluyen el Departamento de Correcciones de Nevada, Investigaciones de Seguridad Nacional, la Administración de Control de Drogas, la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), la Oficina de Inspección General y la Oficina de Abogados de los Estados Unidos.
La ATF ayudó a la policía a recuperar 20 armas de fuego, 19 pistolas y una escopeta, indicó León.
En marzo, la Policía Metropolitana anunció los arrestos de cinco pandilleros de la MS-13 en relación con una serie de asesinatos que dejaron 10 muertos en el Condado de Clark en aproximadamente un año.