Guatemala. (Notimex).- El presidente de Guatemala, Jimmy Morales, salpicado por un escándalo de corrupción, se alejó el miércoles de la prensa que cuestiona su compromiso de transparencia.
El Ministerio Público (MP) y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) confirmaron que investigan por corrupción a José Manuel Morales Marroquín, hijo del mandatario.
También es parte de la pesquisa Samuel Everardo Morales, hermano y asesor principal del presidente guatemalteco, quien rindió su declaración ante la Fiscalía General el pasado lunes.
El presidente Morales acudió a un acto público en el estadio capitalino y apenas concluyó la ceremonia salió del inmueble sin atender los llamados de los periodistas que lo consultarían sobre el escándalo de corrupción que involucra a sus familiares.
En la única declaración sobre el tema, el mandatario, acompañado de la primera dama, Patricia de Morales, afirmó el martes que se mantendrá al margen de la investigación del MP y la CICIG.
El joven hijo de la pareja presidencial y Samy, hermano de Jimmy Morales, son sospechosos de fraude y estarían implicados en hechos relacionados a eventos de cotización y contratación en el Registro General de la Propiedad.
El MP realiza las diligencias de investigación y verificación necesarias y pertinentes para determinar el grado de responsabilidad penal de éstas y otras personas, indicó la institución responsable de la persecución del crimen en Guatemala.
Los hechos se relacionan con la investigación, en coordinación con la CICIG -dependencia de las Naciones Unidas que colabora en la lucha contra el crimen organizado-, del caso del Registro General de la Propiedad.
El pasado uno de septiembre fueron detenidos y presentados en tribunales la extitular del Registro General de la Propiedad, Anabella de León, y 17 exfuncionarios de la dependencia por actos de corrupción.
El MP y la CICIG informaron en un comunicado que en los próximos días, al finalizar las investigaciones, presentarán los resultados ante los tribunales.
Analistas consideraron que no se trata de un problema familiar sino de un asunto de Estado y que pone al presidente Morales ante una crisis que pone en riesgo su gestión, que comenzó el pasado 14 de enero.
Ni corruptos, ni ladrones fue la principal bandera de su campaña política, en la que Morales se impuso en la carrera por la presidencia (2016-2020) a líderes políticos tradicionales y con señalamientos de deshonestos.
Los antecesores, el entonces presidente Otto Pérez Molina y la vicepresidenta Roxana Baldetti, permanecen en prisión preventiva desde septiembre de 2015 acusados de encabezar una estructura criminal y de corrupción.