Cartagena. (Notimex).- Con un atardecer sobre las murallas de esta urbe caribeña, banderas blancas, aplausos y gritos, el presidente Juan Manuel Santos y el jefe de las FARC, Timoleón Jiménez, terminaron una guerra de 52 años y casi 300 mil muertes.
“Sí se pudo, sí se pudo”, fue el grito constante de los dos mil 500 invitados en la plazoleta del Centro de Convenciones de Cartagena, donde ondeó la bandera nacional, en manos de víctimas de la guerra, vestidos de blanco para una ceremonia y firma históricas.
La brisa y el atardecer adornaron las imponentes cúpulas de las iglesias de la ciudad amurallada, y la emblemática Torre del Reloj, testigos mudos del hecho más importante en la historia reciente de Colombia, desde 1810 cuando se dio el grito de la independencia.
Hoy, 200 años después, no fue el grito de la independencia, sino un acto de evocación a la vida, y un grito de no a la muerte, a los desaparecidos, a los desplazados por los diferentes actores de la guerra, a los despojados de sus tierras. Oposición venezolana insta a firmar por referéndum contra Maduro Caracas, 27 Sep (Notimex).- La oposición venezolana llamó a los electores a participar en la recolección de firmas del 26 al 28 de octubre para activar un referéndum contra el presidente Nicolás Maduro, y anunció movilizaciones si se intenta bloquear la consulta.
La opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) señaló que el referéndum revocatorio puede y debe realizarse este año, y recalcó que no acatará ninguna condición electoral que viole la Constitución.
La MUD decidió continuar en el camino del referéndum, luego de que el CNE fijó plazos que imposibilitan realizarlo este año, lo que descartaría realizar una nueva elección presidencial, y estableció que en cada estado debe pronunciarse el 20 por ciento del electorado para concretar la consulta.
“Llamamos al pueblo de Venezuela a acudir masivamente a la jornada de recolección de firmas para activar el referéndum 2016 que se ha convocado para los días 26, 27 y 28 de octubre”, declaró el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba.
“Nuestra tarea no se limitará a cumplir un trámite administrativo, sino ejercer los mecanismos de presión democrática necesarios para hacerlas respetar”, señaló Torrealba, al leer la declaración de la MUD en respuesta a las condiciones acordadas por el CNE.
En una concentración política en Caracas con toda la dirigencia opositora, Torrealba acusó al CNE de aprobar condiciones electorales que violan la Constitución, insistiendo en que el 20 por ciento debe cubrirse en un total nacional, que suma 3.9 millones de firmas.
Agregó que el objetivo de la MUD será recolectar en octubre los millones de firmas que Venezuela necesita para “superar ampliamente el requisito establecido para activar el referéndum”.
“Acataremos sólo la condición que establece la Carta Magna, y rechazamos de antemano cualquier ‘condición’ que sea violatoria de la Constitución”, advirtió.
“No aceptaremos nada que no cumpla con la Constitución, y si el gobierno ha optado por incumplirla y violarla, se encontrarán con un pueblo que lo hará acatar la Constitución”, añadió.
Instó a sus seguidores a poner en marcha desde hoy actividades de protesta diarias para hacer sentir el reclamo. Indicó que para el 12 de octubre se convocará a una manifestación nacional para hacerle saber al Gobierno y a sus agentes electorales que la “recolección del 20 por ciento es nacional y que el referéndum es este año”.
El CNE dijo la semana pasada que si la oposición alcanza las firmas exigidas, el referéndum podría realizarse en el primer trimestre de 2017.
Por su lado, la MUD insiste en que la consulta se puede realizar este año, que es el tercero del mandato presidencial de seis. Según la Constitución, en caso de efectuarse antes del 10 de enero de 2017 y si pierde Maduro, el CNE deberá convocar a nuevas elecciones.
Si el referéndum se realiza en el curso del próximo año y Maduro lo pierde, será revocado del cargo y el mandato lo terminará en enero de 2019 el vicepresidente Ejecutivo.
Antes de la firma del Acuerdo Final de Paz, se guardó un minuto de silencio en homenaje póstumo a los trescientos mil muertos y el canto de las mujeres negras, Cantaoras de Bojayá, un poblado que fue escenario de una de las masacres más espantosas de la guerrilla.
En ese poblado colombiano, más de 100 personas murieron en la iglesia del pueblo, cuando cayeron los mortales cilindros bombas.
En la plazoleta estuvieron presentes jefes de Estado de 15 países de América Latina, los secretarios de las Naciones Unidas, OEA, delegados de todos los multilaterales, la Unión Europea, de Estados Unidos, del mundo entero.
Todos ellos fueron testigos de este hecho histórico, pero además refrendaron su apoyo a los retos que tendrá Colombia en el posconflicto.
El secretario de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, fue el único invitado a hablar en nombre de la comunidad internacional.
Ban fue ovacionado cuando gritó en español vivas a la paz de Colombia, e invitó a trabajar por la reconciliación, el gran reto que tiene este país de 48 millones de habitantes.
El jefe máximo de las FARC no dudó en pedir perdón por todas las barbaridades de la guerra, en la que ellos fueron responsables en estos 52 años de guerra.
Cuando el público escuchó la palabra perdón, el jefe máximo de las FARC fue ovacionado por los asistentes al acto, y con gritos de: “sí se puede, sí se puede”, y en ese momento aparecieron varios aviones militares que ensordecieron la plazoleta del Centro de Convenciones.
El jefe de las FARC echó al cielo una mirada de susto, pero asentó: “que estos aviones no sean para bombardear sino para abrazar la paz”.
El turno fue para Santos, que hizo un recuento vehemente de lo que Colombia padeció estos 52 años de guerra, y lo que le espera a partir de este 26 de septiembre, cuando “cesó la horrible noche”, que no fue una sino miles de noches y amaneceres de muerte en campos y ciudades.
Santos saludó la decisión de las FARC de transformarse en un movimiento político, “sin armas, siguiendo las reglas de justicia, verdad y reparación contenidas en el acuerdo”.
“No más jóvenes sacrificados, no más jóvenes muertos, no más jóvenes mutilados por una guerra absurda. Ni soldados, ni policías, ni campesinos, ni guerrilleros”, enfatizó Santos.
Precisó que “este es un acuerdo que honra a las millones de víctimas del conflicto, protegiendo sus derechos a la verdad, a la justicia, a la reparación y a la no repetición”.