De sangre chihuahuense

Diana Valles fue designada por los dirigentes de la Unión Culinaria Local 226 como su nueva pr ...

“Soy una inmigrante que llegó a este maravilloso país hace 34 años, soy nacida en Casas Grandes, Chihuahua, México”, comentó Diana Valles, la nueva presidenta de la Unión Culinaria Local 226, durante una entrevista con El Tiempo, realizada al término de una movilización que el sindicato efectuó en la acera del edificio federal Lloyd D. George, el jueves 24 de marzo de 2022.

El importante cargo no es una casualidad para Valles, quien empezó trabajando como camarera en uno de los complejos hoteleros del Strip; llegó a Las Vegas en 1988 y, desde entonces, ha sido miembro activo de la Unión Culinaria Local 226.

Con 34 años de vida laboral a cuestas, Valles recuerda que trabajó como “maid” en el Stardust hotel &casino (lugar que ahora ocupa Resort World Las Vegas) y luego en Las Vegas Hilton. Más tarde trabajó como “casino porter” y como cocinera en el Flamingo.

Como madre soltera, su deseo de obtener mejores condiciones de trabajo para las familias trabajadoras la llevó a involucrarse con las actividades sindicales.

Se convirtió en delegada y líder del comité sindical cuando apenas tenía 20 años de edad, durante una difícil pelea por un contrato en el Stardust, donde Valles estaba ayudando a organizar a sus compañeros de trabajo para que emplazaran a huelga, si la empresa no aceptaba un contrato.

“Desde que llegué a este país vi la necesidad de luchar por nuestros derechos, Geoconda Argüello-Kline (que apenas se jubiló) fue quien me reclutó; me involucró de manera activa, de hecho, este gremio sindical permite que la gente participe, empezamos como delegados y luego organizadores. Yo soy miembro del sindicato por 32 años”, expresó, resaltando que “conozco cada rincón de nuestro sindicato, todas las plazas, en parte porque he trabajado en ellas. Ahora con este nombramiento ratifico que los trabajadores somos los líderes de este sindicato”.

Cuando una camarera acude por ayuda, Valles dice entender toda clase de abusos que pudieran manifestarle, ya que sabe del poder que tiene la gente cuando se une.

“Los contratos nos dan fortaleza, es la manera en que nuestra comunidad puede defenderse de prácticas laborales desleales. La Culinaria tiene una planta sindical muy numerosa de gente hispana, el 54 por ciento de nuestros miembros son latinos; detrás de cada uno de ellos hay una historia de trabajo y superación, de nobleza y ganas de progresar”, acotó.

Las historias de las familias son similares, abundó, muchos llegaron a esta ciudad buscando oportunidades, de hecho, el estándar de vida en Las Vegas -en parte- está definido por el trabajo del sindicato. Pero no ha sido fácil, ya que los miembros dicen que han sido luchas fuertes, con la finalidad de no ver disminuidos los derechos laborales.

Valles tiene la oportunidad de fortalecer los beneficios que muchos hispanos merecen en la industria hotelera, una máquina que requiere del engranaje y la participación de latinos para su mejor funcionamiento. El turismo, sin la obra de mano hispana, no sería lo mismo, Las Vegas se ha convertido en un destino turístico de clase mundial, en parte, gracias al trabajo de la gente latina.

“No abandonaré a mi comunidad, lucharé sin descanso para mejorar las condiciones laborales. Hay que pelear duro; como inmigrantes sabemos que todos los días debemos dar lucha, en todos los aspectos de la vida”, dijo resaltando que “la justicia para mi tiene un significado muy especial; está ligada a la lucha laboral, no es un regalo, ni te la dan, hay que luchar por nuestros derechos”.

A la comunidad, Diana Valles le pide solidaridad: “Todos debemos establecer un compromiso y hacer un esfuerzo, yo procuro honrar a mi familia haciendo cosas en beneficio de mi comunidad. Mi padre, con toda seguridad, está orgulloso de su hija”, finalizó.

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