Preparatoria de Las Vegas recauda dinero para un automóvil para la familia de un estudiante de último año
Amelia Pak-Harvey • Las Vegas Review-Journal • El Tiempo
Ya era una bendición para Tyria Smith ver a su hijo, Bryan LaGrange, siendo homenajeado en la ceremonia de entrega de premios para estudiantes de último año de Sierra Vista High School antes de inscribirse en la Universidad de Montana Western en el otoño gracias a una beca.
En Louisiana, la madre soltera de cinco hijos había visto a sus hijos comenzar a tomar el camino equivocado. Fueron la razón por la que ella empacó y se mudó a Las Vegas, donde esperaba que pudieran tener una vida mejor.
“Me dije: se está poniendo duro aquí en Louisiana para mis niños”, relató. “Antes de que mis hijos comiencen a juntarse con la gente equivocada, tenemos que irnos”.
Smith se instaló en Las Vegas con su familia. Con un auto viejo (que a menudo se averiaba el cual le compró a su hermana) iría a la escuela para vigilar a sus cuatro estudiantes de preparatoria, observaba a Bryan jugar en tantos partidos de fútbol como pudiera.
La mamá recibió una bendición aún mayor el jueves cuando su hijo recibió un premio especial: las llaves de un Cadillac usado para reemplazar el viejo automóvil.
En solo una semana, el personal de Sierra Vista recaudó cinco mil 500 dólares a través de una publicación conmovedora que el director John Anzalone compartió en Facebook sobre el viaje de la familia. Proyecto 150, una organización local sin fines de lucro, también contribuyó.
La familia sonrió cuando Smith se sentó en el asiento delantero del estacionamiento de Sierra Vista, observándola gritar de alegría cuando el auto encendió.
Las nuevas llantas significan que el personal ya no tiene que ver a Smith verter agua en su viejo auto, tratando de que encendiera en el estacionamiento de la escuela.
Pero también marcan el final de un viaje para Bryan, quien llegó al valle sin mucha posibilidad de ser aceptado en escuelas y quería abandonar la preparatoria en algún momento. Las cosas parecían desesperadas para él hasta que canalizó sus esfuerzos en el fútbol.
“Tuve una conversación con Dios un día, y él simplemente cambió mi vida a través del fútbol”, afirmó.
Su madre se preocupaba por la educación de sus hijos y se le veía seguido rondando por la escuela.
“Es una madre dedicada a sus hijos”, aseguró Anzalone. “No creo que haya un día en el campus que no la vea”.
Pese a que fue difícil para Bryan y sus hermanos menores adaptarse inicialmente a Las Vegas, han llegado a comprender por qué su madre los sacó de Broussard, Louisiana, con una población de 12 mil.
Bryan, de 19 años, ahora sirve como un modelo a seguir para sus hermanos menores, Loren y Laura Sampey, de 16, y Christopher LaGrange, de 17.
“Vi a mi hermano cambiar”, aseveró Loren, quien acaba de sacar calificaciones de A y B por primera vez en su vida. “Así que pensé: ‘si él puede cambiar, entonces yo puedo cambiar y puedo hacerlo mejor, tanto como él puede hacerlo mejor’”.
En la universidad, Bryan planea estudiar negocios con el objetivo de abrir un negocio propio. Él cree que ahora está en una posición para poder mantener a su familia un día.
“Cuando llegue allí, haré lo que se supone que debo hacer”, dijo sobre la universidad. “No lo sé, solo siento que me siento bien conmigo mismo”.