Tú eres quien mejor conoce tu rostro. ¿Qué te gustaría: afinar nariz, resaltar pómulos, hacer que tu cara luzca más alargada…? Puedes conseguirlo todo mediante contouring, pero para que el maquillaje sea perfecto, hay ciertas cosas que debes saber a la hora de aprender a hacer contouring . ¡Te contamos todo!
Se trata de utilizar tonos oscuros y tonos iluminadores para crear una serie de luces y sombras que den al rostro el efecto que queremos.
Con el contouring, podrás esculpir tus rasgos e incluso cambiar la forma de tu rostro únicamente con maquillaje. ¿No lo crees? ¡Haz la prueba!
Disimular y realzar
Vas a necesitar 4 tonos de maquillaje: 2 más oscuros de tu tono de piel y 2 más claros.
Con los oscuros, disimularás los rasgos que quieres ocultar y con los claros, harás todo lo contrario: realzarás las facciones que buscas potenciar. Todo a base de make-up.
Luces y sombras
Los tonos oscuros se reservan para las zonas hundidas de nuestro rostro: mandíbula, sienes, laterales de la nariz, debajo del pómulo…
Los tonos claros y luminosos se utilizan para las zonas prominentes: nariz, pómulo, cejas, frente…
Aplicando un buen contouring podemos hacer que una cara ancha parezca fina y que los pómulos sobresalgan más, dice la experta en contouring Lisa Eldridge.
Consigue el efecto deseado
Dependiendo de nuestro tipo de rostro y de los resultados que queramos conseguir, tenemos que potenciar determinadas zonas.
Según explican los expertos de Loréal Paris:
-Para resaltar pómulos, hay que aplicar los tonos claros desde arriba del pómulo hasta la oreja y los tonos oscuros, debajo del pómulo.
-Para afinar la nariz, aplicamos el tono claro en el puente de la nariz y el oscuro, en los lados.
-Para disimular mandíbula, el tono claro se aplica en el mentón y el oscuro, en el óvalo del rostro.
-Para hacer que la frente luzca más chiquita, aplicamos el tono claro en la parte baja y el oscuro, en el centro, haciendo una especie de arco.