Clases de baile ayudan a personas con Parkinson en Nevada

Personas participan en una clase de ballet para personas con Parkinson liderada por Pamela Lapp ...

Martha Steele tiene brillantes ojos azules, orgullosa de llegar a los 90 años con amor por la danza y un sobrino devoto que baila a su lado.

Ella también sufre de Parkinson.

Steele asiste a las clases de Dancing With Parkinson dos veces por semana, donde su instructora, Pamela Lappen, guía a los estudiantes a través de movimientos y rutinas diseñadas para retardar el progreso de los síntomas.

“El Parkinson es un trastorno del movimiento, por lo que la danza es útil”, dice Lappen. “Ayuda con el equilibrio, las habilidades cognitivas, la coordinación mano-ojo y puede mejorar la calidad de vida. No es una cura, pero la investigación muestra que bailar dos veces por semana, puede ayudar”.

Lappen enseña dos veces por semana, en el estudio Nevada Ballet Theatre y en la Academia de Danza de Las Vegas.

A medida que los estudiantes ingresan, se quitan los zapatos y toman asiento junto a sus amigos. Lappen considera que el aspecto de la socialización es tan valioso como el baile.

“El Parkinson puede hacer que la gente se aisle”, comentó Lappen. “Es bueno estar cerca de personas que ‘lo tienen’”.

Lappen los guía a través de coreografías, toca un número melódico de ritmo lento mientras los estudiantes se balancean en sus asientos.

Un ritmo pesado de percusión suena cuando los estudiantes tocan sus dedos de los pies de un lado a otro, levantan sus manos o extienden sus pies frente a ellos.

Lappen anima a los estudiantes a “pensar como bailarines” estableciendo intenciones en sus movimientos. Ella elige la música que indicará a los bailarines cómo moverse a continuación. “Cuando se atoran y no pueden avanzar, aprenden pequeñas cosas en la danza que los ayudan a moverse por el espacio”, detalló.

En un ejercicio de improvisación, los estudiantes se sientan uno frente al otro en parejas, turnándose para reflejar los movimientos de los demás.

El sobrino de Steele, Mark Denton, sigue la coreografía mientras la mujer de 96 años golpea con el pulgar cada uno de sus cuatro dedos en sucesión, un ejercicio llamado articulación de la mano que Lappen afirma ayuda a desarrollar el control motriz.

Los estudiantes hacen la transición de sus sillas para alinearse en la barra de ballet y se mueven a través de la sala, Lappen hace coincidir el juego de pies con la canción elegida. En las filas, los bailarines extienden una pierna en una “patada” mientras se escucha “New York, New York” de Sinatra. Denton toma la mano de Steele mientras camina.

Lappen ha enseñado danza desde los años 70 en disciplinas que van desde el tap y el jazz, hasta el ballet y la coreografía.

Entrenó con Dance for PD, una organización sin fines de lucro con sede en Nueva York que ofrece capacitación docente para las clases de danza especializadas, ha enseñado por nueve años.

“Fui a entrenar y me enamoré del trabajo”, destaca Lappen. “Para mí, es muy emocionante, siempre he sabido los beneficios de la danza y ahora veo los beneficios que tiene a la enfermedad de Parkinson”.

Un mayor alcance

A través de su investigación, Lappen descubrió que la mayoría de las personas que viven con la enfermedad de Parkinson en Nevada no saben sobre la clase de danza y muchas no tienen acceso a una.

Después de dirigir una demostración en Reno, se le pidió que viajara una vez a la semana ya que no había nadie más disponible.

Fue entonces cuando se le ocurrió la idea de hacer que las clases estuvieran disponibles en video.

“La clase y la socialización son buenas”, comenta Lappen. “Pero los videos son lo mejor, pueden llegar a personas que están confinadas en su hogar, a aquellas que de repente no pueden conducir o quienes viven en áreas rurales donde no hay clases disponibles”.

Lappen llevó la idea a Friends of Parkinson’s, una organización sin fines de lucro que apoya iniciativas para personas que viven con el trastorno.

Jamillah Ali-Rahman, el fundador de Friends, inmediatamente vio el valor en las clases de Lappen.

“Menos del 40 por ciento de los pacientes tienen ese temblor de reposo”, dice Ali-Rahman. “El trastorno afecta las habilidades motoras y también puede afectar la digestión y la cognición, lo que hará la danza es ayudar con el movimiento, el equilibrio, la marcha y los síntomas motores”.

Lappen presentó una propuesta de proyecto a Nevada Arts Council, que le otorgó una beca para producir los videos.

“El panel pensó que era un proyecto que valía la pena”, comentó Sierra Scott, especialista en subvenciones del Nevada Arts Council. “Quedaron impresionados con la comunidad a la que sirve e impacta”.

A través de los fondos proporcionados por Arts Council, Nevada Endowment of the Arts y un donante privado, Lappen pudo filmar y ofrecer los videos en línea hace aproximadamente un mes.

Con una mayor conciencia, Lappen espera que haya más clases de baile disponibles.

La serie de videos

Milo Spirkovska y su esposa, toman la clase de Lappen una vez a la semana. Cuando no acuden a las clases, miran los videos y los siguen.

“Podría usar una caminadora o una bicicleta en el gimnasio, pero eso hace que me quede en un solo lugar, aquí, me muevo. Simplemente lo disfruto”, recalcó.

“Hemos estado viniendo alrededor de un año”, agregó su esposa, Anica Spirkovska. “Le ayuda mucho”.

La serie de 12 videos lleva a los estudiantes a través de coreografías sentadas y de pie.

El primer video comienza enseñando a los estudiantes cómo entrar y salir con seguridad de una silla sin deslizarse o sentir mareos, luego lleva a los estudiantes a la danza que se centra en el movimiento de la parte superior del cuerpo.

Los siguientes videos se centran en el estiramiento, la coordinación ojo-mano, el equilibrio y la improvisación. Se desarrollan en coreografías más aeróbicas a lo largo de la serie para permitir a los estudiantes avanzar a su propio ritmo.

“Las artes pueden aportar mucho a nuestro bienestar”, asegura Lappen. “Tengo un gran respeto por aquellos que salen y comienzan a moverse”.

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