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Los Iracundos en Las Vegas

“Soy miembro fundador, director y baterista de Los Iracundos”, expresó a El Tiempo el uruguayo Juan Carlos “Juano” Velázquez, durante una entrevista que concedió, previa a la sexta visita que realizaron a conocido casino de la ciudad a finales del mes pasado.

Juano estuvo acompañado de Eduardo Franco, vocalista, compositor y arreglista, también fundador del grupo que inició su exitosa trayectoria en 1961.

“Empezamos amenizando una fiesta privada de una amiga, siendo estudiantes. Pero al poco tiempo adquirimos unas guitarras y en un año más, ya estábamos en Buenos Aires, Argentina, donde grabamos -todavía en vinyl-, sencillos de 45 revoluciones por minuto (rpm)”, recordó nostálgico el baterista, destacando que “en aquellos años, los ‘long plays’ eran de 33 rpm, y bueno, grabamos más de 60 discos; los que incluyeron especiales para películas y otros segmentos”.

Con una trayectoria impresionante, Los Iracundos atribuyen la vigencia de su música a que “tenemos grandes temas, letras que atraviesan el corazón de la gente, el romanticismo no debe pasar de moda. Las canciones bonitas se van a quedar en la memoria colectiva, las composiciones conjuntas que escribimos entre Eduardo Franco y un servidor, siguen siendo referencia para cualquier intento de conquista en el plano sentimental, ablandan el corazón de manera pura, de antaño, algo que se ha ido diluyendo con el paso de los años”, aseveró Juano.

La pandemia les afectó, como a mucha gente en el gremio artístico, un sector que sufrió de manera especial la falta de actividades, los conciertos se cancelaron, la industria colapsó en pocos meses; ahora se han ido recuperando poco a poco. “En lo particular, esta maldita enfermedad (COVID-19) me maltrató mucho, la edad me hace susceptible a padecerla con mayor incidencia y gravedad; pero anímicamente me mantengo en lo alto. El impacto emocional, las mascarillas, el aislamiento, el no poder ver a tus viejos, a tus hijos, eso es lo duro”, detalló.

Para volver a los escenarios, Juano valora el regreso y la posibilidad de estar junto a sus compañeros. “La verdad me haces reflexionar con tus preguntas, hoy día valoramos muchas cosas, tenemos fuerza para seguir adelante; con seguridad saldremos de esta pandemia y quizá vendrá otra, esa es la historia de la humanidad; siempre debemos estar con los ojos abiertos y alertas, vigílicos”, dijo.

Respecto a las nuevas corrientes musicales que imperan en la actualidad, que son los grandes negocios y que, en opinión de muchos, carecen de lo fundamental para consolidarse entre los grandes géneros en la historia de la música, el artista mencionó que “respeto mucho lo que se hace en la actualidad, pero es evidente que antes era lindo; el romanticismo hacía que conquistaras a una dama con una canción, con detalles plasmados en los acordes y eso no morirá jamás. ¿Quién no recuerda a Roberto Cantoral y Juan Gabriel, dos de los grandes íconos de la música contemporánea? La música siempre ha sido una herramienta conductora del romanticismo, en ocasiones transgrede las buenas costumbres y eso les atrae a los jóvenes, que consideran que pueden cambiar al mundo”.

En Argentina y Uruguay el tango en su momento causó revuelo, “era un escándalo, mirá el tango se bailaba entre hombres, las mujeres no se animaban; pero poco a poco se fueron incorporando las damas y el romanticismo permitió que se consolidara en el gusto popular”, comentó Juano.

Sobre el principal legado de Los Iracundos. “Hemos contribuido de manera sencilla al romanticismo, con letras claras, simples; en Sudamérica hay ‘pibes’ de 14-15 años que cantan nuestras canciones, eso es bonito, porque ellos están cantando unas piezas que grabamos en 1963, ¿te das cuenta?”, cuestionó con nostalgia. “He venido a Las Vegas en seis ocasiones y espero regresar pronto”, finalizó.

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