¿Qué tienen en común la actriz Vivica A. Fox, el rapero Rich the Kid y las cantantes Ari Lennox y Deborah Cox? La estilista de famosos LeAna McKnight.
McKnight se forjó una carrera ayudando a las estrellas de Hollywood a estar listas para las cámaras, pero su reciente regreso a su ciudad natal, Las Vegas, la ha llevado a dedicarse a la venta de extensiones de cabello.
“Necesitaba bajar el ritmo para poder centrarme realmente en el negocio”, dijo McKnight. “El costo de la vida en California solo me quitaba mucha capacidad cerebral porque pensaba más en el dinero que en el crecimiento (de mi negocio). Y quería volver a algo que me resultara familiar –de niña viví aquí durante 13 años– y necesitábamos más espacio para nuestro inventario y Las Vegas nos lo podía proporcionar”.
Al igual que muchos en el negocio de los salones de belleza, la pandemia del COVID-19 y sus cierres obligatorios devastaron a los estilistas, incluida McKnight, que se vio obligada a cerrar temporalmente su salón de belleza de West Hollywood , además de perder trabajos en sets para importantes cadenas de televisión y marcas de moda.
El tiempo en casa le ayudó a volver a centrarse en su negocio de extensiones de cabello, SL Raw Virgin Hair, y el mes pasado lanzó sus productos a nivel nacional, incluida una nueva línea de pelucas sin pegamento. También tiene previsto vender su línea de extensiones de cabello humano a nivel internacional.
Las extensiones de cabello y las pelucas –ya sea que se usen para belleza o para ayudar a enmascarar la pérdida de cabello– son una industria en crecimiento. Se espera que el mercado norteamericano alcance los dos mil millones de dólares en 2026, según la empresa de investigación Reportlinker. También reportó que América del Norte representó más del 40 por ciento del mercado mundial de pelucas y extensiones de cabello en 2020, con la mayor demanda de las personas de 35 a 44 años.
“La creciente popularidad del uso de pelucas para el cabello entre los famosos, las modelos e “influencers” de redes sociales tiene un efecto dominó entre los consumidores individuales. Las nuevas y cambiantes tendencias de la moda en el sector también han influido siempre en el crecimiento del mercado entre los consumidores individuales y los artistas”, según el reporte.
“Desperdiciando de miles de dólares”
McKnight creció en Las Vegas, pero más tarde se mudó con su madre a Nueva Orleans, donde asistió a una preparatoria profesional. Allí descubrió su amor por la belleza y el cabello.
“Había que elegir una vocación… así que elegí la que me pareció más fácil, que era la cosmetología”, dijo. “Todas mis amigas estaban tomando clases de enfermería, pero yo estoy en cosmetología y me la estoy pasando muy bien”.
Los cursos contaban como créditos para obtener la licencia de la junta estatal, pero se enfrentó a un gran revés cuando el huracán Katrina destruyó la casa de su familia. Se mudó a Houston, y fue entonces cuando decidió terminar su capacitación, pasando de ser una técnica de champú a abrir su propio salón de belleza en 2010 en Houston, para luego mudarse a West Hollywood, California, en 2014.
“Vendía cabello (extensiones) a mi clientela, así que solo me centraba en venderles cabello para mejorar su servicio y experiencia”, dijo McKnight. “Todos esos peinados salían bien, pero solo no tenían el mismo movimiento (que el cabello real). Me daba cuenta de que el cabello se quedaba muy tieso al cabo de un par de semanas”.
McKnight quería tener acceso a un cabello que pareciera natural e indetectable en una clienta, así que encontró un proveedor que ofrecía un producto de mejor calidad.
“Estaba dispuesta a vendérmelo a un precio rebajado, para que yo pudiera revenderlo a mis clientes”, dijo McKnight, y añadió que no obtenía beneficios. “Así fue como empecé a mojarme los pies y a involucrarme más en la venta de extensiones de cabello, pero, por supuesto, llegas a un punto en el que no quieres una tarifa con descuento, sino que quieres obtener beneficios”.
McKnight pasó casi cuatro años investigando fabricantes –“desperdiciando miles de dólares” probando productos que ella describe como basura– antes de encontrar una empresa que ofreciera cabello humano auténtico.
“Encontré un fabricante que estaba dispuesto a trabajar conmigo y a satisfacer mis necesidades a la hora de proporcionarme extensiones de cabello humano virgen, procedente de cabello de donantes de la India”, dijo.
Aumentar el negocio en línea
Armada con un proveedor, McKnight empezó a centrarse en crear su tienda en línea. Aunque creó su sitio web de extensiones de cabello en 2011, no lo tocó mientras hacía malabarismos con sus clientes, su negocio de peluquería y su mudanza al sur de California.
Pero cuando la pandemia obligó a cerrar temporalmente los negocios en California en 2020, McKnight lo vio como una oportunidad para hacer crecer el negocio en línea.
“En los dos primeros meses de la pandemia solo me dediqué a comer y a ver televisión, porque normalmente no tengo tiempo para ver televisión, y al tercer mes me dije: ‘Tengo que hacer algo’”, dijo. “Me encerré sola en mi despacho y renové toda la tienda… y en cuanto reestructuré la tienda, empezamos a recibir visitas y ventas”.
Las ventas crecieron más del 500 por ciento en siete meses, y ahora, McKnight dijo que está centrada al cien por cien en construir su negocio en línea y que ya no peina. Cerró su tienda de West Hollywood antes de mudarse a Las Vegas. Incluso su esposo, Gregory Alexander, dejó su empleo en Coca-Cola el año pasado para ayudar a dirigir SL Raw Virgin Hair.
“Ella siempre tuvo un plan de juego elaborado. Es la persona que realmente habla y actúa”, dijo Alexander, que recuerda haber conocido a McKnight cuando aún estaba trabajando para obtener su licencia de cosmetología. “Es estupendo verlo porque al principio no tenía clientela. Todavía no era una tienda y solo ver cómo ha crecido, me sorprende. Me alegro de formar parte de ella”.
SL Raw Virgin Hair ofrece una serie de texturas, colores y longitudes, como su cabello natural ondulado para coser, el cabello de fusión o el microenlace, así como diversas pelucas. Los precios oscilan entre 90 dólares y unos mil dólares.
McKnight dijo que si los clientes mantienen sus extensiones como su cabello natural, con lavado regular, el acondicionamiento profundo y el almacenamiento adecuado, las extensiones pueden durar años.
Aunque algunos productos, como las pelucas, pueden ser llevados por los clientes sin ayuda, McKnight recomienda a los compradores que acudan a un profesional de peluquería especialmente para las extensiones, como los microenlaces, y añade que muchas de sus ventas son a peluqueros.
“Gran parte de nuestra base de clientes está en la Costa Este, pero estoy intentando extenderla (la demanda hacia el oeste). Y si podemos llegar a nivel internacional, como en Reino Unido o en Dubai, que les encantan las extensiones de cabello, sería estupendo”, dijo McKnight. “Creo que saber que es una peluquera famosa la que está detrás del negocio, debería dar a los clientes ese nivel de comodidad al saber que es una peluquera que realmente ha trabajado con el producto y sabe que ha sido investigado”.