Jonathan Ríos Sánchez nació en la Ciudad de México, extrajo sus raíces roqueras del barrio, de Tacubaya, de la delegación Miguel Hidalgo y, en las calles de la “jungla de asfalto” aprendió a tocar la guitarra de manera autodidacta.
Tiene 10 años residiendo en Las Vegas, se define como “chavoruco” y confiesa haber utilizado los manuales de guitarra fácil para ampliar su repertorio.
“Desde los once años toco la guitarra, de niño me tocaba ahorrar casi un mes para poder comprar las revistas, aunque no era muy pobre, tampoco tenía dinero en abundancia, de hecho, mi padre tenía una guitarra y siempre estaba colgada en la pared. En la secundaria, el maestro nos pidió que lleváramos un instrumento, que no fuera flauta, para que nos instruyera, yo llevé la guitarra de mi padre y así fue como empecé a tocar, bajo la dirección de ese maestro”, recuerda el artista sobre sus inicios en el rocanrol.
“Yo soy cancionero, no soy músico, ni pretendo presentarme como uno de ellos, los respeto mucho, me aprendo las canciones, las interpreto y gracias a Dios a la gente les gusta”, puntualizó con gran humildad, sobre la etiqueta que le pudieran colgar.
“Si escuchas la elaboración de las canciones, da la impresión de que traigo un instrumental que va más allá de mi guitarra, es un sistema conocido como ‘looping’, por eso la gente me empezó a llamar Johny Loope. Además, también es una manera de honrar a mi abuela, que se llama Guadalupe”, expresó el artista luego de un recorrido acústico por los grandes éxitos del rock en español de los ochenta, una década que se sigue recordando por la excelencia musical de los artistas que generaron una ola musical inolvidable.
El recital se llevó a cabo el domingo 26 de agosto de 2018 en el foro Luces de Bohemia, que dirige la artista costarriscense Xinia Estrada.
“Soy capitalino, chilango y me considero la primera generación de chavorucos, en mi vida he recibido muchas cosas buenas y malas, pero el haber ido a un concierto de Caifanes y Soda Estéreo en el Palacio de los Deportes; así como poder escuchar -en cassette- a Rockdrigo González, marcaron la inclinación que tengo por la música”, señaló respecto al gusto que siente por esa generación musical.
El artista expresó asimismo, su admiración por El Tri, el Haragán &compañía, Lira’n Roll y otras bandas que ahora son de culto, “nací en el barrio, no me considero fresa, y la verdad, las rolas de Rockdrigo son profundas, motivan a la reflexión, son admirables. Nada que ver con la música y los artistas comerciales”, destacó.
Johny Loope destaca que la tecnología siempre ha sido parte fundamental de la generación musical, en su caso durante las presentaciones que hace, va grabando las partes de la canción, luego las suma y el arreglo final se acompaña de la voz, el público escucha, por ejemplo, ‘Triste canción’ como si fuera todo un grupo en escena.
“A Xinia Estrada le agradezco la oportunidad de expresarme, de hacer esto, de complacer a la gente y, dado que el repertorio de los ochentas es inmenso las cuatro horas de hoy son poco tiempo para iniciar este cortejo, esta complicidad con el rock en español”, aseveró.
La guitarra de Loope es una Gibson Les Paul, excelente, un modelo que era preferido por Alvin Lee, de Ten Years After, por cierto, reconocido como uno de los guitarristas más rápidos en la historia.
“Yo tengo la versión austera, tengo dos guitarras y las uso porque me permiten tocar en modo acústico y eléctrico en el mismo instrumento. Para las canciones del acústico son las guitarras perfectas”, dijo.
“Este es un espacio cultural, el rock es cultura, entonces debemos de aportar un granito de arena para mostrarle a la gente que la música es un elemento vital en el desarrollo de cualquier comunidad, los invito a que vengan y conozcan los sinuosos laberintos del rocanrol”, terminó diciendo el artista.