Si un hombre es capaz de hacer que el Estadio Azteca se cimbre al ritmo de un mariachi es Vicente Fernández, el sábado por la noche en su concierto del adiós demostró por qué es “El rey”. Pero esa no fue la última canción que interpretó, sino “México lindo y querido” mientras se arropaba con la bandera mexicana y los cerca de 85.000 asistentes al concierto “Un azteca en el Azteca” lo ovacionaban.
Con una voz envidiable Fernández, de 76 años, hizo un recorrido por los temas con los que ha dado a conocer la música regional mexicana por el mundo como “El rey”, “De qué manera te olvido” y “Volver, volver”. En total Fernández interpretó cerca de 60 piezas, tras asegurar que seguiría cantando si recibía lo que más adora de su público: el aplauso.
“Hay una cosa que no se compra ni con todo el oro del mundo y eso ustedes siempre me lo han regalado sin que tenga que ponerles una pistola en la cabeza”, dijo al comienzo de la presentación. “Su presencia, su cariño, su respeto y sus aplausos”, señaló con la voz entrecortada.
Fernández lució de muy buen talante con un traje de charro negro con adornos dorados. Y cantó de pie la mayoría del repertorio, aunque se tomó su tiempo para estar sentado en piezas como “Te juro por dios” y “Ando que me lleva”.
“Lástima que seas ajena” y “Mujeres divinas” fueron de las más coreadas, mientras que con “Estos celos” puso a bailar a la gente.
Vicente Fernández le dedicó unas palabras a Donald Trump. Durante su despedida en el Estadio Azteca, el Charro de Huentitán hizo un espacio para referirse al precandidato a quien dijo le escupiría en la cara si lo viera y le dirá “todo lo que no le han dicho”.
Además Don Chente aseguró que le “recordaría el 10 de mayo” al empresario, lo que hizo que todos le aplaudieran. Después continuó con su presentación y entonó Los Mandados, canción sobre un migrante que intenta cruzar la frontera, sin importar cuantas veces lo deporten.
Sólo tuvo un invitado especial durante la velada, su hijo Alejandro Fernández quien llegó con un traje de charro negro con adornos plateados y un moño rojo que le entregó a Fernández al entonar “Paloma querida”.
“Gracias papá por este gran legado que nos has dejado”, dijo Alejandro Fernández “Te prometo, te juro que jamás voy a dejar morir la música mexicana … y la seguiré llevando por todo el mundo”
Alejandro Fernández cantó solo “Mátalas” y “Mi padre”, la cual estuvo acompañada de fotografías y videos de ambos proyectados en las siete pantallas gigantes colocadas junto al escenario.
Además de canciones de José Alfredo Jiménez y Pepe Aguilar padre, Fernández cantó “Te quise olvidar” de Juan Gabriel y “El último beso” de Joan Sebastian, incluida en el disco de Fernández “Para siempre” de 2007, el cual fue producido por el mismo Joan Sebastian.
Fernández, quien ha sido galardonado con dos premios Grammy y siete Latin Grammy, recordó a sus admiradores que él mismo ha sido artífice de piezas.
“Alguna vez he tenido el descaro de componer”, señaló antes de interpretar emocionado “Le pese a quien le pese”.
“Acá entre nos”, uno de sus grandes éxitos, fue correspondido a todo pulmón por el Estadio Azteca y con “La ley del monte”, canción incluida en la película homónima protagonizada por Fernández en 1976, el astro revivió el recuerdo de las 36 películas por las que se hizo aún más famoso.