Con su espectacular concierto del sábado 15 de septiembre en el hotel y casino Mandalay Bay, Alejandro Fernández “Rompió fronteras” al dar “El Grito” y cantar “México lindo y querido”. Renovó el sentimiento patriota de quienes añoran su tierra natal y mostró por qué las Fiestas Patrias mexicanas han ganado un espacio firme en los Estados Unidos.
“Hay otros conciertos muy buenos en la ciudad y ustedes han elegido venir aquí conmigo”, dijo Fernández al empezar, “gracias por estar aquí, la vamos a pasar muy bien”.
Con un lleno total “El Potrillo”, como su padre Vicente lo llama, dio su concierto con motivo de las fiestas de Independencia de México del 2018. Empezó una hora tarde, quizá para dar tiempo a que llegaran los miles de fanáticos que habían ido a ver la pelea Canelo vs Golovkin, en la cercana T-Mobile Arena.
En la primera parte del show, llamado “Rompiendo fronteras”, Fernández lució un traje gris y sin corbata; ofreció sus románticas “Te amo”; “Me dediqué a perderte”; “No”; “Hoy tengo ganas de ti” y más, una tras otra. Lo acompañó una banda de nueve músicos con una escenografía espectacular.
“Estamos de fiesta por la Independencia de México”, dijo Fernandez en un breve intervalo, “felicidades a otros países que también celebran sus independencias. ¡Gracias México! ¡Gracias Latinoamérica!”
> “El Grito” y las rancheras
Antes de empezar la segunda parte de su show Fernández se desapareció por unos minutos, mientras en el escenario apareció el Mariachi Real de México interpretando “Huapango”. Las imágenes de unos caballos galopando ayudaron a conectar al público con el México rural y las canciones rancheras.
De repente, al centro del enorme recinto apareció Fernández vestido de charro; dio “El Grito” como lo dan los gobernantes, pero con voz muy varonil, entonada, seguido por el “México lindo y querido” que miles de gargantas le ayudaron a cantar mientras serpentinas de papel verde, blanco y rojo brotaron por todos lados.
Las canciones con el Mariachi Real de México, de León, Guanajuato, le dio realce a la fecha, la más importante en el calendario cívico mexicano. “El son de la negra” y otras llenaron de júbilo a un público ya de por si entregado al concierto.
“El Potrillo” interpretó “De qué manera te olvido” y otras rancheras, para concluir con “Como quien pierde una estrella” y se despidió: “Los amo, gracias”, exclamó abriendo los brazos. Ya eran las doce de la noche, la gente estaba contenta, pero gritaba a coro “otra, otra” y con las luces de los celulares. Una señora gritaba “¡te faltó Cielito Lindo!”.
Luego de unos minutos Fernández reapareció con una pantalla de fotos de su padre Vicente Fernández. Con mariachi y orquesta interpretó un popurrí de la canciones de “Chente” como “Hermoso cariño”; “La llave de mi alma”; “Mujeres divinas” y otras.
Finalmente Alejandro Fernández, luego unos 20 minutos extras, se despidió y no cantó “Cielito lindo”. Pero la gente sí la entonó al salir de la enorme arena del Mandalay Bay, junto con gritos de “Viva a México” y agitando banderas tricolor.