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La UNLV presenta un robot humanoide en escenario mundial

Truc Tran, estudiante de ingeniería de la UNLV, se encontraba el lunes junto a un robot justo antes de encenderlo.

Tras pulsar un interruptor, el joven de 26 años esperó unos minutos a que se cargara en el Laboratorio de Drones y Sistemas Autónomos de la universidad.

Cuando se encendió una luz verde, el robot estaba listo.

“Ahora, el motor y todos los dispositivos están encendidos”, dijo Tran.

Tran, que está cursando una maestría, y Baekseok Kim, de 28 años, estudiante de doctorado en ingeniería mecánica, demostraron cómo el sistema de avatar del equipo -denominado Avatar-Hubo- mueve sus brazos y piernas.

Tras cuatro años de trabajo, los estudiantes de la UNLV mostraron recientemente su robot en un escenario mundial.

El equipo de la universidad fue uno de los 17 grupos que participaron en el evento de pruebas finales del ANA Avatar XPRIZE del 4 al 5 de noviembre en Long Beach, California. Quedó en el lugar número 11 en la clasificación general.

Entre los equipos participantes había universidades y empresas de 10 países. Compitieron por millones de dólares en premios.

El equipo de nueve miembros de la UNLV comenzó a trabajar en el proyecto después de que se anunciara el concurso en 2018. Su sistema de avatar es esencialmente una extensión de la persona que lo opera.

El robot humanoide puede ser controlado por un operador que está usando tecnología vestible. El operador puede incluso sentir y ver lo que hace el robot.

El proyecto incorpora inteligencia artificial, realidad virtual y tecnología táctil.

El objetivo final es la telepresencia, es decir, sentir y estar en otro lugar “sin estar físicamente en él”, explica Nicolas Kosanovic, de 22 años de edad y miembro del equipo, quien está terminando su licenciatura en ingeniería mecánica.

El equipo de la UNLV fue uno de los más de 100 de todo el mundo que se presentaron al concurso XPRIZE.

El equipo compitió en las semifinales en septiembre de 2021 en Miami y se clasificó para la final, recibiendo unos 133 mil dólares de financiación para seguir trabajando en su proyecto.

La competencia dio a los estudiantes la oportunidad de ver lo que otros en el campo están haciendo, dijo el profesor de ingeniería mecánica de la UNLV, Paul Oh.

“Es algo que pueden observar con orgullo”, dijo.

Oh dijo que quería que los estudiantes “estuvieran en la misma sala que los mejores del mundo”. A diferencia de algunos lugares como California o Boston, en Las Vegas no hay mucho con lo que compararse, dijo.

El trabajo que ya se hace en la UNLV

XPRIZE propuso la idea de la telepresencia, y eso pareció encajar con el trabajo que ya se estaba haciendo en el laboratorio de la UNLV, dijo Oh.

El laboratorio se ha centrado durante años en la respuesta a las catástrofes. Un sistema que permita transportar la experiencia de un médico o un bombero, por ejemplo, “usando un robot como agente es muy fascinante”, dijo.

Eso pudiera significar tener un robot físicamente en el lugar, mientras se controla a distancia desde un sitio seguro.

En 2015, un equipo de la UNLV quedó en octavo lugar en una competencia internacional de robótica -el reto de robótica de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa- centrada en la respuesta a las catástrofes.

Con los humanoides y los avatares, “creo que solo hemos tocado la superficie”, dijo Oh, señalando que la tecnología es importante y formará parte de la vida cotidiana de todos. Y debido a la pandemia del COVID-19, la telepresencia ha cobrado mayor importancia, añadió.

En el futuro, una de las aplicaciones pudiera ser usar sistemas de avatar para prestar atención a la salud en Nevada, especialmente en zonas rurales y remotas, dijo Oh.

Y para los centros turísticos y la industria del entretenimiento, se trata de cómo pudiera usarse la realidad aumentada, y Las Vegas tiene la oportunidad de estar a la vanguardia, dijo.

Competir en la final

El formato exacto del evento de pruebas de la final de XPRIZE de este mes se mantuvo en secreto, dijo Oh, señalando que los equipos suelen diseñar “en la oscuridad”.

Gran parte de la infraestructura de la UNLV y el propio robot fueron readaptados tras el desafío de 2015. Pero hubo otros elementos, como equipos de realidad virtual y sensores hápticos que el equipo adquirió.

En la prueba final, el robot del equipo fue controlado por un juez que había recibido unos 40 minutos de capacitación sobre cómo usar el sistema de la UNLV.

El equipo trató de dar lo mejor de sí mismo y de sortear algunos de los obstáculos que se le presentaron en la competencia, dijo el capitán del equipo, Jean Chagas Vaz, científico investigador del Laboratorio de Drones y Sistemas Autónomos de la UNLV.

Lo que aprendió: “Hay que hacer un robot que pueda ganar, en lugar de hacer todo lo posible por readaptar un robot”.

El equipo, dijo Vaz, intentó construir una base móvil para el robot, pero se quedó sin tiempo y sin financiación.

“Aparte de eso, teníamos todos los componentes para que se presentaran todas las tareas”, dijo.

El curso de tareas “significó un pequeño reto para nuestro robot”, dijo Tran.

Las tareas incluían recoger botes, identificar cuál era el más pesado y manipular un interruptor eléctrico.

Tran dijo que el equipo no recibió el premio que quería, pero que aprendió mucho.

“Fue muy divertido para mí porque muchos no tienen la oportunidad de competir en una competencia tan grande como esta”, dijo.

Tran se involucró en el proyecto en junio creando la mano del robot usando una impresora 3D en casa, y modificándola para las tareas que el robot necesitaba completar. Tran tardó unos dos meses en crear el primer prototipo.

Se licenció en Ingeniería Mecánica en la UNLV y, tras pasar dos años y medio trabajando en la industria, volvió para cursar una maestría.

En el futuro, Tran no ha decidido si quiere hacer un doctorado o aventurarse en el mundo empresarial, con la posibilidad iniciar una compañía que fabrique prótesis de manos para humanos.

Y para el laboratorio de la UNLV, la competencia quizás haya terminado, pero el trabajo continúa.

La competencia empuja a los laboratorios a innovar, dijo Vaz. “La tecnología está lejos de estar completa”.

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