Hablando en su conferencia de prensa, el entrenador en jefe de los Pittsburgh Steelers, Mike Tomlin, reconoció que sus acciones en el regreso de kickoff de 73 yardas de Jacoby Jones fueron “vergonzosas, inexcusables, ilegales” y “un disparate”.
“Como entrenadores, nos sometemos a estándares más altos de conducta, y metí de pata y fue realmente bajo y en ese orden de ideas acepto las consecuencias de un error de esa naturaleza”, dijo Tomlin. “Yo la acepto. Con mi posición viene preservar la integridad del juego del fútbol americano”.
Llamarlo “escandaloso” que sus acciones serían percibidas como intencional, Tomlin dejó claro que iba a “tomar (su) la medicina” si eso significa que la integridad de la NFL no estaba en cuestionamiento.
Cualquier espectador habitual de las conferencias de prensa de Tomlin está familiarizado con su costumbre de responsabilizar a su equipo de la derrota y responder positivamente ante ella.
Hizo lo mismo con esta controversia, aceptando toda la responsabilidad y la creación de un clima de transparencia al responder preguntas durante más de 20 minutos.
“Voy a tomar este desafortunado incidente, este disparate de mi parte, y al hacerlo, voy a honrar el hecho del nivel de campeonato de nuestro juego, y en particular, la National Football League, y la integridad de esto”, Tomlin agregó. “Es todo lo que tengo profesionalemnte. Ha sido muy bueno en mi vida, y para ser honesto con ustedes, francamente, la victoria en cada juego no es tan importante como para poner en riesgo eso”.
Negándose sistemáticamente a defenderse, Tomlin ha explicado que él entiende que las personas que no lo conocen le juzgarán todos modos.