El Deflategate no se ha terminado. Su conclusión más probable ya es más evidente, pero nadie puede asegurar con certeza que el mariscal de campo de los New England Patriots, Tom Brady, se perderá los primeros cuatro juegos de la temporada.
Esa es una de las apreciaciones más importantes tras la decisión de una corte federal de apelaciones este lunes para reinstalar la suspensión de cuatro juegos a Brady. Así es, un castigo por una acción que tomó lugar en enero del 2015 sigue en disputa durante la primavera del 2016. Las opciones legales de Brady se están acabando, perfilándolo más que nunca a una ausencia en los primeros cuatro juegos de esta temporada, pero este caso se ha alejado del camino predecible hasta ahora.
Brady tiene la opción de solicitar una audiencia frente al pleno de la Corte de 2° Circuito. La Suprema Corte de Estados Unidos sería el escalón pendiente. (¿Qué tan increíble sería que la corte más alta de un país escuche un caso que involucra acusaciones de balones desinflados en un juego dos temporadas atrás?)
Es posible que Brady busca una orden judicial temporal que aplace la decisión del lunes y se mantenga elegible mientras continúa su persecución por la justicia. Todas estas son opciones, por supuesto, y al final Brady podría optar por bajar la guardia.