Y el vencedor sin duda fue el mejor equipo de la Liguilla. Es el León, verdugo de las Águilas y flamante monarca del Apertura 2013. Sí, la “Fiera” ha regresado al máximo circuito con el pie derecho, de la mano del magnate más rico del país, Carlos Slim.
Al ave se le ha ido el soñado bicampeonato, la despedida triunfal de Miguel Herrera a la Selección Nacional y el León le ha propinado su segunda derrota al americanismo, en una gran final, en toda la historia del Estadio Azteca.
La ocasión anterior, hace 41 años, Cruz Azul le pegó 4-1 a los “cremas” a partido único en el mítico coloso. Sí, ahora la diferencia es más amplia. El 1-3 esmeralda se transforma en un lapidario 1-5 global.
Sí, el “Piojo” acierta con el ingreso de inicio de Luis Ángel por Osvaldito Martínez. Éste recorta, aprieta y tras eludir a un par de futbolistas, descarado, sacude el poste derecho de Yarbrough.
Sin embargo, el estratega amarillo falla al incorporar a Narciso Mina por Luis Gabriel Rey. El ecuatoriano desperdicia todas las opciones que generan las Águilas y la afición, desesperada, reprocha el ajuste ofensivo de Miguel Herrera para el trepidante duelo de vuelta.
Al minuto 12, después de una acción clara que desperdicia Mina, Mauro Boselli aprovecha un balón filtrado, en contragolpe, de “Gullit” Peña y con disparo colocado, cruzado, pegadito al poste derecho de Moisés Muñoz, eleva a tres dianas la diferencia en la gran final.
El gol no intimida al americanismo, que cierra furioso los primeros 45 minutos. Después de todo, el árbitro Roberto García Orozco está entrenado para soportar los berrinches de Rubens Sambueza, los reproches de Aquivaldo Mosquera y los desplantes del “Piojo” Herrera. A los jugadores apenas los amonesta. Luego de tanto insistir, al 42’, llega el gol amarillo. Sambueza, una pesadilla para los esmeraldas, envía un balonazo que desvía “Nacho” González. Autogol que revive a los capitalinos. El festejo es monumental, como si hubieran empatado la serie. Pero no, apenas es el 1-1 parcial en el Azteca.
Y el silencio vuelve al inmueble capitalino en el amanecer del complemento. Sí, otra vez después de fallar una gran ocasión, esta vez en los pies de Raúl Jiménez. En el cobro de un tiro de esquina, “Nacho” González se lava la cara y con la testa sacude las redes. Es el 1-2 (1-4 global) que ataranta al ave milloneta, herida de muerte.
Decidido, con sangre, el León da la última mordida. Letal. Edwin Hernández, al 72’, sepulta al América. Lo hace mediante un golazo, ya con un ave sin aliento sobre la cancha. Para entonces, todo llega a la normalidad. Miguel Herrera se va expulsado y su ave se queda sin el bicampeonato.
Y el joven William Yarbrough, como hace 41 años lo hizo el portero cruzazulino Miguel Marín con un atajadón sobre Carlos Reinoso, en tiro libre, apaga el bombazo de Layún. Sí, el joven leonés se transforma en uno de los grandes héroes, al apagar los desesperados intentos millonetas. Sí, porque el León es el Rey de la Selva futbolera…