Canelo Álvarez y Jermell Charlo llegan a Las Vegas

El comentarista de peleas Miguel Flores, a la izquierda, entrevista al boxeador Canelo Álvarez ...

El recorrido de celebración se realiza tras un paseo en un vehículo de lujo y comienza frente a la entrada principal del MGM Grand, se extiende a través de las puertas de cristal y desciende por la pasarela improvisada donde siempre esperan gritos y flashes de cámaras.

Canelo Álvarez no se ha cansado de ello.

Ni del dulce sonido de la música de mariachi que suele acompañar su gran llegada.

“Siento el amor y el apoyo de mi gente, y solo me siento orgulloso de representar a mi país”, dijo Álvarez a Miguel Flores, de Premier Boxing Champions, después de transmitir primero el mismo sentimiento en español a cientos de sus adorados fans.

“Ahora mismo me siento al cien por cien. Puedo decir muchas cosas, pero quiero mostrarles el sábado, y van a ver a un Canelo diferente el sábado por la noche”.

Enfundado en una versión azul, gris y blanca del zapato deportivo inaugural de Air Jordan, pants azules y una chamarra blanca con “The King” impreso en azul en el lado izquierdo del pecho, el icono mexicano de 33 años llegó al MGM Grand ansioso por defender su indiscutible título de peso supermedio. El sábado se enfrentará al campeón indiscutible del peso medio júnior, Jermell Charlo, en el T-Mobile Arena, sitio donde se han celebrado siete de los 16 combates anteriores de Álvarez en Las Vegas.

Su megapelea, producida por la PBC, será televisada a través de Showtime en pago por visión.

“Es un gran boxeador. Sabe boxear. Es fuerte. No tiene nada que perder”, dijo Álvarez, mirando fijamente a través de unos lentes de sol circulares negros con montura dorada que complementan su seguridad.

“Viene a mi división de peso y viene por todo. Es un gran luchador, pero ya sabes, llevo mucho tiempo en esta posición. Y estoy listo”.

Álvarez (59-2-2, 39 nocauts) tiene 22 victorias sobre campeones durante su década de dominio, en la que ha insistido repetidamente que no está llegando a su fin. Los pobres estándares con los que se ha presentado en sus tres últimos combates -una derrota ante Dmitry Bivol y victorias sobre Gennady Golovkin y John Ryder, todas por decisión- parecen sugerir lo contrario.

Una victoria decisiva sobre Charlo ayudaría a alejar la duda externa a la que Álvarez está sometido.

No es que Charlo planee cumplirlo.

Charlo (35-1-1, 19 KOs), un tenaz boxeador de 33 años de Houston, lleva consigo desde el peso medio junior hasta el supermedio el tipo de movimiento que ha preocupado a Álvarez, combinando unos pies veloces con un ataque ofensivo anguloso que le ayudó a unificar los cuatro títulos de las 154 libras.

Vestido con una holgada playera negra de Balenciaga, pantalones negros de piel y tenis negros de diseñador, Charlo llegó al MGM Grand por primera vez en sus 16 años de carrera profesional, con un dije de diamantes colgando del cuello, lentes de cristales de colores enmarcando su rostro y malas intenciones en su mente.

“Después de que le gane a Canelo, el mundo gritará Char-lo, Char-lo, Char-lo”, dijo, respondiendo a los cánticos de “Ca-ne-lo” con los que fue recibido.

“Ahora es mi turno, mi momento, y es mi momento. Voy a brillar cuando sea el momento”.

Nunca antes en la era de los cuatro cinturones se habían enfrentado dos campeones indiscutibles en activo, aunque el título de la OMB de Charlo, según anunció el organismo sancionador, será otorgado a Tim Tszyu, su retador obligatorio desde hace tiempo, en el momento en que comience el combate.

Álvarez está acostumbrado desde hace tiempo a la categoría de peso, la ciudad, el escenario y lo que está en juego.

Charlo está acostumbrado a perseguir desafíos.

“El mundo piensa que Canelo es el mejor del mundo, ¿verdad? Voy a llegar aquí y mostrar al mundo por qué creo que soy uno de los mejores del mundo”, dijo. “Lo hago por los perros, los hambrientos. Lo hago por los animales. Estoy hecho para esto”.

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