“Canelo” Álvarez domina a Charlo en Las Vegas – FOTOS
Por Sam Gordon ∙ Las Vegas Review-Journal
El bajo ritmo del rapero mexicano Santa Fe Klan llenó el T-Mobile Arena.
Eso marcó el ritmo del sábado cuando Canelo Álvarez bajó al cuadrilátero y congregó a miles de sus fans más fieles mientras Jermell Charlo permanecía ansioso en la esquina roja, con la capucha de su brillante bata negra colgando sobre sus ojos.
Álvarez, la superestrella mexicana de 33 años, rebotó al ritmo de la música, relajado, ataviado con un poncho dorado personalizado de Dolce & Gabanna y armado con el mojo que olvidó llevar a sus tres últimos combates.
Álvarez (60-2-2, 39 nocauts) reafirmó su dominio y defendió su indiscutible campeonato del peso supermedio al vencer en la pelea a Charlo (35-2-1, 19 nocauts), el rey de las 154 libras.
Mezclando una presión educada con un implacable ataque al cuerpo, Álvarez acechó al boxeador de Houston, de 33 años, por todo el cuadrilátero, derribándolo en el séptimo round con un perfecto derechazo a la sien y manteniendo su ritmo en los cinco rounds finales.
En lugar de responder con la agresividad que le ayudó a conquistar el título indiscutible de peso medio junior, Charlo se contentó con rodear a Álvarez y abrazarse a él cuando se acercaba, mucho más decidido a terminar la pelea de pie que a montar un ataque con éxito.
CompuBox contabilizó para Álvarez 134 conexiones, mientras que Charlo logró 71, con 78 golpes potentes y 40 al cuerpo, frente a los 31 y nueve de Charlo, respectivamente.
Álvarez no había logrado inspirar en sus tres últimas salidas: una derrota ante Dmitry Bivol y victorias sobre Gennady Golovkin y John Ryder, todas por decisión y todas desprovistas de su grandeza generacional.
Pero Charlo, debutante en las 168 libras, estaba hecho a la medida de Álvarez, que se entrenó en la altitud de Sierra Nevada para recuperar la condición física que le faltaba últimamente. Llegó esta semana a Las Vegas cincelado, en forma y en una condición de combate muy superior a la de su rival.
Charlo nunca presionó, luchando en cambio durante 12 asaltos con su peso en el pie trasero, transformándose del león con el que metafóricamente se identifica en un cordero. Charlo se mostró tan tímido en la pelea como durante toda la promoción, abandonando su habitual fanfarronería por un enfoque respetuoso que llevó consigo al cuadrilátero.
Llevaba 16 meses sin pelear y se había roto la mano izquierda en su anterior campamento de entrenamiento.
A pesar de la falta de inspiración, Charlo llamó a Terence Crawford, el campeón indiscutible del peso welter y rey de la libra por libra, que se sentó junto al cuadrilátero con la ambición de una pelea de mucho más perfil con Álvarez.
Otros asistentes destacados fueron Floyd Mayweather, Sugar Ray Leonard, Julio César Chávez, Roy Jones Jr. Devin Haney, Caleb Plant, Rolando Romero y Leo Santa Cruz.
A pesar del distanciamiento entre hermanos, Jermall, el gemelo de Charlo, lo acompañó durante su paseo por el ring. La sangre sigue siendo más espesa que el agua.
Álvarez también sigue siendo uno de los mejores boxeadores libra por libra, recuperando el rebote en el paso que perdió, aunque solo fuera por un momento.
Ha dicho que planea volver a pelear el año próximo, el Cinco de Mayo. David Benavidez sigue siendo un rival viable, al igual que Crawford, aunque parece poco probable.
El rey, como Álvarez mantiene como su apodo, sigue siendo el rey, por ahora.