La trilogía de peleas entre el campeón de peso pesado del WBC, Tyson Fury, y Deontay Wilder, programado para el 24 de julio en T-Mobile Arena, se pospuso en medio de un brote de COVID-19 en el campamento de Fury, según confirmaron al Review-Journal varias personas con conocimiento de la situación.
Fury había estado entrenando en Las Vegas y está entre los que dieron positivo. El veterano periodista de boxeo, Dan Rafael, fue el primero en reportar el aplazamiento.
Es probable que se fije una fecha para octubre, aunque no se ha concretado nada. Los posibles fines de semana de septiembre entran en conflicto con otros grandes eventos de los deportes de combate, como la pelea por el título de campeón unificado de los pesos pesados, Anthony Joshua y Alexander Usyk, el 25 de septiembre en Londres. T-Mobile Arena también tendrá varios conciertos en septiembre, junto con uno de Alanis Morrissette el 2 de octubre.
Fury (30-0-1, 21 nocauts) y Wilder (42-1-1, 41 KOs) se enfrentaron por primera vez en un polémico empate en diciembre de 2018 en Los Ángeles. Wilder derribó a Fury dos veces, incluyendo una en el 12º asalto. Sin embargo, Fury superó a Wilder durante la mayor parte de la pelea, ganando puntos al ganar varios asaltos.
La revancha de febrero de 2020 en Las Vegas no fue polémica, ya que Fury tomó el control con dos derribos (uno en el tercer asalto y otro en el quinto) en MGM Grand Garden. La esquina de Wilder detuvo la pelea a mitad del séptimo asalto en medio de una embestida de Fury.
El contrato de la pelea incluía una cláusula de revancha, que Wilder ejerció tras la derrota. Pero la pandemia impidió que se realizara, y el equipo de Fury persiguió un combate de unificación con Joshua, el campeón de la AMB, la OMB y la FIB. El combate se anunció en mayo para el 14 de agosto en Arabia Saudita.
Pero un árbitro independiente dictaminó que a Wilder le correspondía la revancha.
Ni Wilder ni Fury han peleado desde su combate de febrero de 2020.