El entrenador de los Green Bay Packers Mike McCarthy lo hizo oficial el jueves 26 de diciembre, anunciando que el quarterback regresará tras una ausencia de siete partidos cuando los Packers se enfrenten a los Chicago Bears en un duelo que decidirá la NFC Norte.
La noticia llegó poco después de que Rodgers recibiera las repeticiones de titular en la porción de la práctica que estuvo abierta a los medios. Se trató de un cambio de protocolo de lo hecho en semanas recientes, cuando Matt Flynn tomó las repeticiones mientras Rodgers observaba.
Rodgers ha sido marginado desde que sufrió una fractura de clavícula en una derrota el 4 de noviembre ante los Bears. Green Bay se ha apoyado de su equipo médico para determinar el regreso de Rodgers, una postura que llevó a frustración pública del quarterback, el entrenador y la base de fans. Los Packers tuvieron marca de 2-4-1 sin el más valioso de 2011 y se han mantenido vivos en la división en gran parte gracias a las falencias de sus rivales.
Si bien el óxido es una preocupación legítima, no hay manera de explicar la importancia del regreso del quarterback estrella a un equipo de Packers construido alrededor de su grandeza. Un Rodgers saludable le da a los Packers una posibilidad legítima contra cualquier contendiente de la NFC.
Eso comenzará con los Bears, que no pueden sentirse felices con esta noticia.