Una mujer acusada de matar aleatoriamente a un trabajador en un complejo de apartamentos al oeste del valle el mes pasado dijo a los detectives que tenía problemas de salud mental y no recordaba haber disparado a nadie, según su reporte de arresto del Departamento de Policía Metropolitana.
Kayla Alery, de 27 años, se enfrenta a un cargo de asesinato por la muerte de Raúl Cardoza, un veterano limpiador de alfombras de El Salvador que trabajaba con su hermano, que estaba junto a él cuando le dispararon, según la policía.
A la víctima, de 41 años, también le sobreviven dos hijas.
El único disparo que se hizo ocurrió a plena luz del día, el 26 de marzo, en los apartamentos Venicia, en la cuadra 3600 de South Fort Apache Road, cerca de West Twain Avenue.
La policía dijo que Alery, que no vivía en el complejo, había sido descubierta intentando abrir las puertas de un auto. El personal del complejo la estaba acompañando a la salida cuando pasó junto a los dos hermanos y disparó contra la van.
Cardoza murió en el University Medical Center, según la policía. Alery, que estaba armada, fue arrestada en un vecindario cercano.
Los detectives hablaron con varias personas que vieron el tiroteo, según el reporte.
Alery dijo a la policía que no recordaba lo que hizo ese día ni cómo consiguió el arma, que, según ella, debió haberla robado porque no podía permitirse comprar una.
Reconoció que una sospechosa vista en video se parecía a ella, y dijo que escucha voces, sufre de esquizofrenia y “a veces pierde el conocimiento durante días”.
Alery es una pirómana convicta que estaba en libertad condicional en el momento del tiroteo, según consta en los registros. Está detenida sin fianza por el cargo de asesinato, junto con un cargo por posesión de arma por un delincuente, disparar a una estructura ocupada y ocultar un arma sin permiso.
Deberá comparecer ante el tribunal el jueves.
Cardoza, originario de El Salvador, fue recordado como un trabajador dedicado y querido por su empleador y por los clientes de la empresa.