Hombre revela el paradero del cadáver de su novia y se declara culpable de asesinato

Philip O'Reilly, de 37 años, comparece ante el tribunal para la sentencia por la muerte de su ...

Un hombre de Las Vegas se declaró culpable de matar a su novia desaparecida y reveló el miércoles la ubicación de su cuerpo, casi tres años después de que fuera vista con vida por última vez.

Philip O’Reilly, de 37 años, fue vinculado a la muerte de Cheryl Beardall, de 34 años, después de que la hermana de O’Reilly le dijera a la policía que él pudo haber matado a su novia de muchos años. El cuerpo de Beardall no ha sido recuperado, pero la policía vinculó a O’Reilly con su asesinato a través de registros en las redes sociales, una empresa de renta de camiones y el teléfono de la víctima.

El subjefe de la Oficina del Defensor Público, David Westbrook, dijo que O’Reilly les dijo a los funcionarios el miércoles dónde podría encontrarse el cuerpo de Beardall. Dijo que O’Reilly reveló la información para evitar que los fiscales siguieran pidiendo la pena de muerte en el caso.

“Para cumplir los términos de esa negociación, tuvo que revelar el lugar donde se encontraba el cuerpo”, dijo Westbrook tras la audiencia del miércoles.

Wesbrook declinó revelar el lugar que dio O’Reilly.

El fiscal adjunto en jefe del distrito, Christopher Hamner, confirmó durante la audiencia que O’Reilly había revelado la locación.

Hamner no respondió inmediatamente a la petición de comentarios.

O’Reilly se declaró culpable de un cargo de asesinato y aceptó una pena de cadena perpetua sin libertad condicional.

La jueza de distrito Michelle Leavitt, le preguntó a O’Reilly si admitía haber matado a Beardall, siendo el asesinato “deliberado y premeditado, y/o perpetrado mediante tortura”.

“Sí, señora”, respondió O’Reilly tras una breve pausa.

En la época en que se contactó por primera vez con la policía en relación con la desaparición de Beardall, O’Reilly había buscado en Internet “cámara de tortura”, “sesiones de tortura más largas”, “tortura de la CIA”, “tortura histórica más lenta” y “costillas rotas”, según las transcripciones de una audiencia del gran jurado.

Sus hijos habían declarado que ella era víctima habitual de malos tratos físicos y que la habían azotado con una correa de perro. Declararon que habían visto a su madre golpeada y ensangrentada, pero aún viva, en su casa antes de su desaparición.

Está programada una audiencia de sentencia del caso para el 7 de junio.

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